Wilmer
Edwin Valverde Rodríguez
Antropólogo
egresado de la Universidad Nacional de Trujillo
wilmer.ed.23@hotmail.com
Nota editorial
De un modo mucho más intenso que en el período
colonial, el Perú de estas últimas décadas vive un tiempo desquiciado de
extractivismo minero. Un tiempo de saqueo inmisericorde y de desestructuración
de otro tipo de posibilidades y actividades económicas y culturales.
Así sucede, en el andino distrito de Parcoy (provincia de Pataz, Región La Libertad), en la
parte alta de la cuenca del río del mismo nombre, desde hace tres décadas
empleando cianuro para obtener el oro, por ejemplo en Retamas. Uno de los efectos ha sido y sigue siendo la contaminación del hermoso lago Pías; esto a pesar de que desde el 2007 los servicios de salud anunciaban el alto riesgo de contaminación con arsénico y plomo presente en diversos relaves mineros. En efecto, en la cuenca alta del río Parcoy. en las
zonas aledañas al Centro Poblado urbano Retamas operan las empresas auríferas MARSA, Consorcio Minero Horizonte y Real
Ventura, junto con artesanos mineros formales e informales. La explotación minera de estos tiempos podríamos calificarla de extensiva si entendemos detrás de esta expresión el uso de alta tecnología para el tratamiento químico cotidiano de miles de toneladas de tierra y el uso de cientos de miles de litros de agua para obtener decenas de gramos de oro.
Como en otras regiones, con el boom minero llegaron a Parcoy la desestructruación de los lazos sociales tradicionales sin que, como antaño, surga un enorme proletariado minero. Los pocos que son incorporados hacen lujo de derroche; la mayoría quedan pauperizados de los cuales algunos derivan a la delincuencia y fenómenos afines. Para enfrentar este
nuevo flagelo, en defensa de la tranquilidad y la actividad agrícola
tradicional dejadas de lado por las autoridades y el poder central, se
organizaron las Rondas Campesinas en el distrito de Parcoy y la provincia de
Pataz.
Las Rondas Campesinas del Centro Poblado rural de
Cabrillas han tenido un rol singular en esta inicial contienda. Así lo
testimonia en la presente Semblanza, don Ambrosio, sexagenario presidente de
dicha base rondera.
Agradecemos al antropólogo Wilmer Valverde el haber
autorizado la publicación de esta Semblanza. Lo hacemos como una contribución al conocimiento, la
difusión y a las investigaciones sobre las Rondas Campesinas, urbanas e
indígenas del Perú. Lo hacemos igualmente como un saludo a las rondas con ocasión
del XXXVIII aniversario de su nacimiento como institución campesina justiciera en
Cuyumalca (Chota) y como un saludo a las rondas de Cabrillas que, en agosto del
presente año, cumplieron dos décadas de existencia.
El Comité de Autodefensa de Cabrillas (más conocida como Ronda de Cabrillas), es una organización comunal que en el imaginario popular inspira respeto. La participación de los cabrillanos en la pacificación del distrito de Parcoy supuso la reducción de los altos índices de delincuencia, violencia e inseguridad, gracias a su decidida intervención en la convulsionada localidad de Retamas. Sus métodos de intervención, produjeron la tranquilidad esperada, pero con mano dura. Ante el desborde de la capacidad operativa de la policía, la ronda de Cabrillas pasó de su lucha contra el abigeato y pleitos comunales en las zonas rurales del distrito a la garantía de convivencia en las zonas urbanas de Parcoy. Eran efectivos en lo que hacían. De allí su fama.
En esta crónica y entrevista hecha al presidente de dicha organización
nos damos cuenta de su imaginario personal y grupal de los habitantes de
Cabrillas así como de su proyección social en distrito.
Palabras claves: Comité de Autodefensa de Cabrillas, Delincuencia, Inseguridad,
Operativos, Ciudadanos.
Desde la primera
vez que pisé territorio del Distrito de Parcoy[ii],
allá por el año 2007, escuché el nombre de Cabrillas de boca de distintas
personas, con aires de respeto. Y de temor. Me preguntaba qué era lo que
producía tamaña actitud frente a dicho nombre. Consulté a mi amigo, entonces
anfitrión, por tales conductas. Son
bravos, me dijo, esos no creen en
nadie. El nombre estaba ligado
–indisolublemente- con el de “Rondas campesinas”. Aquella vez, por cuestiones
de tiempo y de economía, no pude ir más allá de los linderos de su comunidad.
Estuve cinco días por aquellos lares.
Cuando volví por
segunda vez, el año 2009, pude avanzar más al sur: conocí el Anexo de Retamas y
la Comunidad Campesina de Llacuabamba. Recuerdo –borrosamente- que habían ocurrido
sucesos conflictivos en Retamas. En ese periplo volví a escuchar nuevamente el
nombre de Cabrillas. Los aires no habían cambiado.
La fama de
Cabrillas se debía a la severidad –en el accionar- de sus métodos de castigo a
quienes infringían la ley. Son las Rondas
más temidas y respetadas de todo Parcoy, incluso de la provincia (Pataz),
me dijo alguna vez un entrevistado. Ellos
han puesto orden en este pueblo… Hubo una vez, una temporada en que la
delincuencia campeaba impunemente por las calles de Retamas y la inseguridad se
acrecentaba en las demás comunidades, caseríos y anexos del distrito; incluso
en la capital. Parcoy era tierra del lumpen.
A las Rondas
Campesinas de Cabrillas se debe la pacificación del distrito. Su rectitud en la
impartición de justicia y su severidad en la aplicación de los castigos la
hicieron famosa en todos los rincones del distrito y más allá. Tanto así que
otras localidades solicitaban sus servicios para la solución de sus problemas. Incluso
eran (son) más estimados que la propia Policía Nacional (PNP).
Aquel año estuve
nueve días por esos lares. Tampoco pude llegar a Cabrillas. Eran otras, mis
inquietudes.
La tercera vez
que fui a Parcoy, llegué a conocer quince localidades de la denominada “Zona
Norte”. Son las comunidades más lejanas -en distancia- de la capital distrital.
No eran ajenas a la popularidad de Cabrillas y sus Rondas. Ella les era un
paradigma. Yo estaba trabajando en la elaboración de un diagnóstico para el
municipio.
Recién en la
cuarta visita pude conocer el Anexo de Cabrillas (2012). Estaba algo inquieto
–y temeroso, no lo puedo negar- por saber más de la idiosincrasia de los
pobladores de Cabrillas. El porqué de su prestigio en el resto del distrito y
el temor que generaba la sola mención de su organización. Esta vez había
esbozado una serie de preguntas para una entrevista a sus principales líderes.
El encuentro.
Al llegar a
Cabrillas, el sol se ponía radiante. Embellecía el paisaje alrededor. Cerros
verdes, geografía accidentada, campos verdes, sembríos de papa y maíz, árboles
de eucalipto, viviendas típicas de barro y techo de teja (que combinaban con láminas
de calamina), una iglesia, una escuela y una canchita deportiva completaban el panorama.
Una carretera en mal estado y un camino de herradura accidentado conducen a esta
cuasi legendaria localidad parcoyana.
Preguntamos en
la primera vivienda sobre el paradero de las autoridades del lugar[iii].
No estaban presentes. Habían salido a sus chacras. Mochila a cuestas, seguimos
avanzando, consultando en otras viviendas, y consiguiendo la misma respuesta. ¿Ninguna
autoridad hay en el pueblo, hoy día?, pregunté al último consultado, echando la
suerte ya al vacío. Agente y teniente no
están… seguro se han ido a sus chacras. Allacita
está su casa del presidente de ronda; puede que esté él ahí… dijo el hombre
que minutos antes nos había visto con cierto recelo. El presidente de ronda,
dije. Algo me decía que, en realidad, era solo a él con quien deseaba
conversar; que solo para él había preparado la entrevista la noche previa en
esta hoja de papel, doblada y sucia teñida por el carboncillo.
Allá fuimos.
Subimos una pequeña loma, mediante un sendero estrecho, húmedo, que comunicaba
con la llanura del perímetro de la vivienda. Parecía abandonada. Al pisar el patio de la misma, llamamos -como siempre en
estas visitas inopinadas- a la señora del hogar (¿sea porque en realidad son
las reinas de los hogares?).
Después de un
breve silencio apareció una señora de unos sesenta años. Su mirada suponía un
leve enojo; tal vez le hayamos interrumpido sus quehaceres caseros. Preguntamos
por nuestro objetivo. Ahicito está, vayan
a verlo, a ver qué les dice.
El hombre estaba
sentado. Camino a él nos daba la espalda. Aunque ya nos había visto dirigirnos
a su hogar. Detrás de él llegamos. Le saludamos. Le expliqué las razones de la
visita, y mientras exponía, seguía en lo suyo, vendándose la pierna derecha.
Pregunté que le había sucedido. Qué será
oiga, me duele mucho el hueso, no me deja caminar bien. Frío debe ser. A un
costado se veía un pomo con ungüento de eucalipto.
Era un hombre
mayor, delgado, enfundado en un polo, una camisa y una gruesa casaca envejecida.
Su cabeza estaba cubierta por un chullo grueso, mismo que solo exhibía la
dureza y rudeza de su rostro, templado por el frío de la zona.
Accedió a hablar
con nosotros, pero en un lugar menos expuesto. El viento silbaba. Arreciaba. Le
seguimos a lo que era el centro de la comunidad. Nos sentamos en el pequeño
muro del templo católico. Y allí se dispuso a su comodidad.
Don Ambrosio se
acomodó. Y esto es el resultado de dicha conversación:
-
¿Cuál es
el nombre de su organización?
El
nombre real es el de Comité de Autodefensa del Anexo de Cabrillas – Parcoy. Aunque
por aquí se le conoce más como Ronda de Cabrillas.
-
¿En qué
fecha se fundó el Comité de Autodefensa de Cabrillas?
Se fundó
el 11 de agosto de 1994.
-
¿Qué fue
lo que motivó su organización en Ronda o Comité de Autodefensa?
¿El
motivo para organizarse? Ah, pues, había mucha delincuencia; no se podía vivir.
Asaltaban en los domicilios, mataban (a la gente) los delincuentes… entonces tuvimos
una conversación entre autoridades para defendernos. Dijimos: es necesario
organizar una ronda. Ahí nos organizamos. Robaban el ganado; (era) demasiado.
No se podía tener nada. Hasta la ropa de las viviendas se las robaban en la
noche. La ropa se la llevaban a lavar de nuevo; porque no amanecía (sonríe).
Ahí pues dijimos: es demasiado ya. (Yo) como antes trabajaba de ayudante de
camión a Cajamarca, ya tuve idea sobre cómo organizarse… Yo decía aquí la solución es la Ronda para poder
defender nuestros derechos… Yo regresé el año 92´ por acá (Cabrillas); en
aquella fecha, no había ninguna organización parecida. (En aquel año) recién se
había iniciado una Ronda en Pilancón[iv],
un Comité de Autodefensa. Consultando allí, íbamos a poner denuncias de robos
al Gobernador, al Juez, a la Policía. No podían hacer nada; ¡qué pues! decían: no se sabe quiénes son los delincuentes que les roban. Preguntaban
si los habíamos visto, pedían pruebas, si habrá testigos… decían; sino ¿a quién vamos a ir a capturar? Yo les
decía ¡cómo hacerlo! Si en la noche andan encapuchados, llegan, amenazan con
arma para que entregues el dinero, que entregues tus cosas, todo lo que querían
de las casas… Los delincuentes eran de aquí, del mismo distrito; de las mismas
comunidades. Había bastante gente malograda. Incluso había ladrones dentro de
nuestra comunidad. Operaban acá; se organizaban con Parcoy, hacían bandas, se
iban por distintos sitios…
-
¿Cuántos
miembros componen el Comité de Autodefensa?
Somos
120 ronderos. Y la junta directiva la integran siete personas: presidente;
vicepresidente; secretario de actas; secretario de disciplina; secretario de
organización; tesorero y un vocal. Para el “servicio nocturno” nos organizamos
12 personas por noche.
-
¿Qué
requisitos se toman en cuenta para ser rondero?
Para ser
rondero tienes que ser ciudadano natal de acá o residente, o sea que tenga
vivienda estable. Ya, pues, así no sea de acá, pero que esté viviendo. Tenemos
un padrón donde están identificados con su DNI.
-
¿Qué días
rondan? ¿Qué hacen cuando rondan?
Acá
rondamos estable. Es decir, todo el tiempo. Solamente tiempo de lluvia, son 3
meses que se paraliza. Solamente cuando hay problemas nos presentamos. Avisamos
a todo el personal; los reunimos para ver cómo se va a analizar y solucionar el
problema. A partir de abril rondamos todos los días; cada grupo sabe su turno.
Nosotros
en la “ronda” transitamos por todos los caminos; damos un recorrido de 1300
has. Por eso se hacen 2 grupos. Un grupo se va por un lado; el otro grupo se va
por otro… y tiene que encontrarse a las seis de la mañana en un lugar
determinado. Empezamos a rondar desde las seis de la tarde. Para la noche se
lleva su “llonque”, su coca para hacer el bolito
para quitar el sueño. Hay partes que es su descansadero;
ahí están tranquilos (y) se ponen a conversar sobre lo que pasa, lo que se
encuentra… Luego ellos tienen que informar qué han encontrado esa noche. Si
encuentran algo, un sospechoso, lo identifican y lo ponen a disposición de la
directiva.
-
¿Con qué
implementos cuentan su Comité de Autodefensa?
Contamos
con ponchos de agua; chalecos y botas (que cada uno compra). Y armas.
-
Cuándo
detienen a un presunto sospechoso ¿Qué es lo primero que hacen?
Se le
pregunta cómo ha ingresado; a qué viene o a dónde va. Si está llevando, por
ejemplo, en la noche, un animal; primero tiene que identificarse con su DNI,
luego se le pregunta a qué destino va; si lleva algo, se le revisa qué lleva. Y
si no tiene documento de identidad se le detiene hasta la madrugada, para
interrogarlo de dónde viene; cómo se llama. Si lleva algo, por decir, lleva un
toro, del destino que sale tiene que salir con su certificado con el lugar de
destino al que va. Mas antes, cuando interveníamos venían con su “pase”. Por
ejemplo, venían de Chilia[v],
y se iban a MARSA[vi], traían
su “pase” visado por el Gobernador de su lugar. Al pasar por aquí tenían que
presentar el documento obligatoriamente. Se revisaba el documento; lo leíamos: si
estaba bien se le decía pasa; si estaba
mal, se decomisaba su “carga” y se quedaba detenido hasta que al siguiente día
vaya a traer el documento legal de la autoridad de donde vive.
-
¿Ha
habido momentos en los que ustedes usaban armas en las detenciones?
Sí.
Tenemos armas personales. En total disponemos de 10 armas de fuego. Son
retrocargas. Sin embargo, no ha habido ocasión en la que nos hayamos enfrentado
a balazos.
-
¿Qué
métodos de castigo o “disciplina” utilizan en sus acciones?
¿Cuando
lo encontramos en flagrante delito? Ah,
pues, por ejemplo, en el caso de un toro: cuando lo detenemos y no tiene
identificación, el animal no tiene certificado, y él dice que es su
propiedad... aparece el dueño y en el careo él se niega y arguye que sólo lo ha estado trayendo… Pero
nosotros sabemos que son cómplices, que son más. En tales casos se le castiga
con “La Rienda”. Se le azota con la “binza, verga de toro o torcido”. ¿Cuántos
le damos? Según, pues; a veces a los dos o tres ya está diciendo la verdad. Y
cuando dicen la verdad no hay para qué castigarles más. Nos dicen, por ejemplo,
le hemos ido a sacar (al animal) con tal y tal persona, lo estamos llevando a
vender a tal persona. Y cuando se ponen “guapos”, ahí peor se les sanciona: si
al tío (rondero) le faltan el respeto se le sanciona 24 horas más. En ese
lapso, lo metemos al calabozo. Ha sucedido cantidad de casos como esos. A veces
se niegan, no quieren decir luego. Nosotros les pedimos que devuelvan lo que
han robado, y cuando confiesan quién lo ha llevado, pues ya el animal lo han
vendido lejos. Por ejemplo, roban de Buldibuyo[vii],
lo pasan por acá y siguen hasta Buena Vista, por Queros[viii]…
Entonces para que lo devuelvan desde allí, tiene que permanecer detenido hasta
que el cómplice lo haga volver. Y cuando viene el cómplice, también lo
capturamos. Tiene que ayudar a pagar, pues. También le damos su Rienda, y tiene
que firmar un acta en el que se
comprometan a no volver a hurtar el ganado. Si lo vuelven a robar, ya ellos
nomás pagan; directo los capturamos a ellos. Ya, que ellos devuelvan.
En el
acta él “reconoce” la pérdida de tiempo a los dueños y lo que gastan en la
búsqueda. Una vez hecho eso, les dan su libertad.
-
¿Qué siente
cuando escucha el nombre Ronda de Cabrillas (porque así se les conoce más) en
las opiniones de otras personas?
A veces
toman el nombre de las rondas de Cabrillas los mismos delincuentes para poder
hacer impunemente sus fechorías. Pasan por los pueblos y dicen Nosotros somos de la ronda de Cabrillas;
déjennos pasar, váyanse y no nos jodan… Por eso cuando caen, nos pagan con
“castigo”, tiene que pagar la difamación; es decir pagarnos de dos a tres días
de nuestra labor por hacernos perder el tiempo (buscándolos)… si somos cien
ronderos, a los cien nos debe de pagar lo de un día, un jornal (ahora están
pagando veinte soles en la chacra); a diferencia de la empresa (minera) que
paga cuarenta, cincuenta, sesenta… dependiendo, de acuerdo a su ocupación...
-
¿Por qué
la fama o prestigio del Comité de Autodefensa de Cabrillas a nivel de Parcoy y
Pataz? ¿A qué se debe?
Por los
buenos operativos. Ha habido delincuentes malditos, nosotros les hicimos el
seguimiento, les hemos capturado y les hemos hecho devolver lo robado. Una vez
hubo una banda de delincuentes de Retamas que asaltaba por las carreteras, en
las tiendas comerciales… entonces, nuestros informantes nos decían: sospechamos que esos jóvenes lo han hecho…;
nosotros los deteníamos, les preguntábamos bonito
al uno al otro, éstos decían sí, ellos están
negociado tal cosa y hemos sido tal y cual fulano. Entonces, los
interveníamos, recuperábamos las cosas, llamábamos al dueño de la tienda; si
éste reconocía sus cosas (artefactos, artículos) eso significaba que ellos son
culpables; si caía uno tiene que decir los demás, entonces toda la banda se
descubre y se hace el arreglo: devuelven lo que han robado de la tienda, y si
en caso les han asaltado, les devuelven su dinero. Hay veces en que quitan oro;
es como a un señor, Américo Trujillo, es comerciante de oro en Parcoy, le
habían asaltado una vez llevando su oro a Trujillo; lo asalta un tal Hugo
Castañeda con otros dos más. Uno que venía desde Zaire de Urpay[ix];
y otro que era de Chilia, un tal José Huamán. Venían siguiéndolo en carro ya. Al
escuchar (de su carga) lo habían planificado con el mismo chofer del Américo
Trujillo, por abajo, por Otocuyo[x]
lo asaltan, le quitan tres kilos sesenta y cinco gramos de oro más treinta mil
soles en efectivo. Entonces le hicimos un seguimiento. Ya lo delincuentes
habían hecho el asalto, fugaron. El uno se había ido a Chilia. Bueno, primerito
cayó el chofer del Américo, el que había hecho la carrera. Le interrogamos. Le
dijimos tú sabes, has reconocido a
alguien. ¿De quiénes sospechas que han asaltado? Entonces él dijo la hora que he salido yo (del terminal)
estaba cuadrado un carro que era de un tal José Huamán de Chilia; y abajo donde
me han asaltado me aparentaba que era un Hugo Castañeda, que me ha encañonado
con la pistola que entreguemos el oro, la plata. Capturado (el chofer) le
dijimos tú has estado de acuerdo, ¿di? Por
eso te has hecho el loco, que te has parado por ahí hasta que pasen ellos
adelante y se encaleten. Le dimos sus cuatro (chicotazos), su par de lapos,
cuando recién dijo sí, yo sospecho que él
es. ¿Y los otros?, preguntamos. Ah,
no sé, sabrá él. Seguíamos interrogando: pero el otro, ¿más o menos sabes
que placa tenía? Ustedes son de transportes, son choferes, se conocen, le dije.
Aparenta dijo un José Huamán. Cuando lo capturamos al Hugo, ya nos dijo que sí,
que él les había hecho la carrera, que él era, también, un tal José Huamán, que
vivía en Chilia. Entonces, se fue un grupo a Chilia, en una combi, y lo
capturaron a ese. Lo trajeron, dijeron que son más, que es de… que el Hugo debe
saber. Y el Hugo negaba pues, es decir, que no lo conoce, que son amigos, que
se conocen de cara, nomás. No quería dar su nombre. De ahí lo agarraron a los
palos en las uñas y en las patas; le dijimos: ustedes planifican para ir a
asaltar y atentan a matar, ¿cómo no se van a conocer? ¿Cómo vas a ir con
desconocidos? Esas horas dijo si lo
conozco, pero de chapa nomás. Lo conozco que es un tal Bigote. ¿Y, de dónde
es ese pata? Es de Urpay. ¿Quién lo
tiene el oro, la plata? Eso lo ha llevado
el Bigote a Urpay. Luego de eso planificamos apoyo a la policía, para que
vaya a la captura hasta Urpay. De luego habían ido un grupo de quince ronderos,
con el apoyo de un par de policías pedidos por el dueño de lo robado. Y se
fueron siguiéndolo. Los policías tuvieron miedo; de Tayabamba nomás de
regresaron. Se fueron el grupo de ronderos nomás. Desde lejos vienen, pues.
Urpay queda lejos, de Tayabamba[xi]
más atrás, cerca de Huancaspata[xii].
Planifican pues, hay uno de Tayabamba, otro de Retamas. Otro de Chilia. El otro, el chofer era de aquí nomás,
de Queros, de Parcoy, que hacía carreras por ahí, es transportista, pues.
Planifican así; para hacer sus fechorías, unos salen de un lugar, otros de otro
lugar.
-
¿Qué
otras actividades realizan en su comunidad?
Acá, de
acuerdo a los estatutos, solucionamos problemas a buenas o a malas, pero se
solucionan, ¿no?
-
¿Alguna
vez han hecho Repúblicas, como Ronda?
Ah, eso
sí, eso sí. (Es) nuestro obligación de acuerdo a nuestros estatutos, no es
solamente cuidar(nos) de la delincuencia, sino también hacer obras de
desarrollo. Por ejemplo, aquí hemos gestionado el Colegio de secundaria. Como
ronda le invitamos al alcalde que haga el cercado (del colegio); que haga un
poco de respeto por nuestro centro educativo.
-
¿Cuáles
son los focos de inseguridad, de delincuencia, hoy en día, en el distrito de Parcoy?
Acá hay
poco ahora; calmado está. Acá, en nuestro anexo no nos hemos topado con nada.
Todo está tranquilo. Todos se quedan, nada roban, ni día, noche...
Más los
robos están en parte de Retamas, La Soledad, Llacuabamba. (Es porque) no
trabajan bien su ronda. Está la ronda por ahí, pero los asaltos están por otro
lado; los robos…
-
¿Qué
opinión tiene del crecimiento de la delincuencia en nuestro país?
Acá,
bueno, sería para frenar al delincuente, la pena de muerte que se declare.
Trabajos hay. Qué pues, ellos se dedican a robar, pero no a trabajar.
-
¿Qué
opina de las acciones de la policía?
Bueno,
los policías son los primeros que reciben el soborno, y (les dicen a los delincuentes)
niégate que no lo has hecho; denúncialo antes. El delincuente te denuncia, que
te pague tu difamación, que te secuestran. Ellos lo orientan a los
delincuentes. Por ejemplo, los robos en Retamas, todo es de acuerdo con la
policía. Les sobornan (con) su sencillo. ¡Ya, niégate! Que tienen que tener las
pruebas, testigos… Niégate, (di) que no has sido.
-
Alguna
anécdota de la Ronda de Cabrillas que nos pueda contar…
Que a
los asaltantes siempre se les ha dado su castigo y se les exige que devuelvan
lo que han robado… sino, allí seguía (detenido en la comunidad) hasta que
devuelva. Tenían que devolver. Por eso que acá, no se han ido ellos impunes.
Aquí, todas las cosas se han aclarado. Todo se ha devuelto a su dueño.
-
¿Qué
hacen en casos de prostitución, por ejemplo, en Retamas[xiii]?
En parte
perjudica a los jóvenes, por eso hay delincuencias, matanzas… robos. En esos
casos, hemos hecho operativos, cuando nos pedía el gobernador apoyo; sí. Les
hemos apoyado, sí. Cuando ha habido muertes también, les hemos ido a apoyarles,
a investigar quiénes son.
-
En el
caso de los burdeles, ¿qué han hecho?
Cuando
estamos en operativo, se les pregunta (a ellas) si es que de verdad hacen
“servicio”. En los locales clandestinos (la gente) dicen que sí. A las mujeres
no les damos rienda, sólo castigo físico: les damos unas cuantas vueltas, que
digan la verdad y ya está (ejercicios).
-
Y las
mujeres, ¿también integran el comité? O ¿están organizadas aparte?
Las
mujeres integran el comité de los 120 que somos. Ellas ayudan a cocinar, a
hacer algo para la república, como comida. Preparan la comida para los mismos
ronderos, cuando se van de patrulla. A veces apoyan con los primeros auxilios cuando
asaltan o les matan (a alguien).
-
¿Ellas
rondan, también?
No,
ellas ayudan a vigilar de día a los presos. Es que a veces, esos se quieren dar
a la fuga. Como nosotros nos vamos al trabajo, entonces ellas están mirando que
no se vayan a fugar de la cárcel.
-
¿Ustedes
pertenecen a alguna instancia superior, digamos una Federación Distrital o
Regional u otro tipo de institución?
No, no.
Aquí no hay federación. Antes teníamos convenio con la Central Única (de
Rondas) de Tayabamba. Pero íbamos a una reunión una vez o dos veces al año.
Pero ahorita, creo que están desorganizados, porque ya no nos invitan. ¿Qué
habrá pasado?
-
¿De qué
manera contribuyen las Rondas Campesinas al desarrollo de los pueblos?
Apoyando
a hacer obras, pues. Por ejemplo: colegios, caminos, servicios de limpieza,
arreglos de carreteras, para poder transitar tranquilo por las noches…
-
¿Qué
opina de la política?
Ah,
normal…
-
¿De los
políticos?
Ah, pues
de hecho, algunos hacen bien bien el
desarrollo de la comunidad, y otros, de lucro personal nomás. Entran al
municipio, por así decirlo, al cargo de ser alcaldes solo a llenarse los
bolsillos. Qué pues, las obras no las hacen. Ellos nomás andan en carros, con
casas en la ciudad… Acá el distrito nada les interesa… Las carreteras no están
arregladas, los colegios están clandestinos: cuando estamos ejecuta, ejecuta, ejecuta entonces lo hacen… Por ejemplo, nuestro alcalde el colegio
primario lo ha dañado, dijo que lo va a hacer en el 2011; hasta ahorita no pone
ni la primera piedra. Ya nos va a faltar la paciencia y vamos a ir a traerlo.
La carretera también, le hemos dicho que haga un muro de contención, hasta acta
ha firmado. Ha hecho la mitad, y nos dijo ya faltó la plata.
-
¿Ha
habido momentos en el que ustedes han ido como organización hasta la capital
Parcoy?
Hemos
ido a verlo para que termine la obra, pero pacíficamente.
-
¿Cómo es
su relación con las autoridades y otros pueblos?
A veces
nos mandan oficio, nos piden apoyo para brindar seguridad en las fiestas de los
pueblos… en la construcción de obras… en la solución de algunos problemas que
no puede solucionar la comunidad… nos piden apoyo con oficios… Hasta la
policía: que no les vayan a pegar, que no les tiren piedras. A nosotros si nos
respeta la gente.
-
¿Qué
opina de la minería formal y artesanal?
Bueno,
nos hemos entrevistado con la empresa (para) que esos residuos que ellos ya han
trabajado, que esas labores que los deje ya para los mineros artesanos, para
que haya más empleo, trabajo. (Para que) los delincuentes siquiera que se
dediquen a trabajar ya.
-
¿Cree
que la minería contamina, o no?
Claro,
una parte sí contamina, pero también hay beneficio para la comunidad por el
trabajo. Por ejemplo: ancianos, niños ya sacan algo siquiera para su diario
recogiendo sus piedritas. Sea para sus útiles, un lápiz, un cuaderno, ya para
cualquier cosa: un pan o una golosina. La empresa no da trabajo a todos, da a
unos cuantos nomás. Incluso quieren gente joven nomás, pues de 25 años hasta 35
años. Ya más de 40 no quieren dar trabajo. Es la problemática. Y claro, la
contaminación medio ambiente, en parte perjudica tanto empresas como artesanos,
porque botan los residuos a las quebradas…
-
En estos
momentos, los mineros artesanales están en paro[xiv],
¿no?
Seguro.
No tengo conocimiento. Escuché así que van a hacer un paro, pero… Incluso me ha
llegado un oficio del alcalde de Pataz, donde me invita a una reunión para el
24 de este mes para reclamar sobre el asfaltado de la carretera, la libertad
para la minería artesanal ¿Qué problemas tendrán?, por último.
Acá,
pues, está tranquilo. Salvo que haya alguna ley del Gobierno… Bueno, si así
dicen, se modificará de acuerdo a las comunidades y las empresas,
pacíficamente.
-
Olvidé
preguntarle: después de haber descubierto a los delincuentes, éstos ¿se han
querido vengar de ustedes?
Claro.
Una vez fue el Hugo Castañeda de Retamas, después del asalto que le descubrimos,
le hicimos devolver el oro a su cómplice en Urpay, intentó matarlo (a su
cómplice) pues, lo encontró tomando en un bar… como él trabajaba en Consorcio.
Lo intentó matar, mira. Era en la noche, si no que como él estaba tomando con
unos amigos, se dio a la fuga. Lo investigamos, ya los amigos por ahí dijeron
quién ha sido. Lo tuvimos que capturar y le dimos su castigo merecido. Tú has
intentado matarlo, le decíamos, ahora te tocará a vos, a ver si te gusta. No,
dijo. De aquí, ni más. Le hicimos firmar un acta, incluso su mamá ha firmado:
si le pasa algo, tú eres el único responsable. De allí, se han calmado.
-
¿Hubo
algún caso de un rondero de Cabrillas muerto?
No. Al
menos, delincuentes que han intentado matarnos, entre ellos se han agarrado a
la bronca y se han matado entre ellos. Quizá por haberse visto descubiertos.
También
unos de Chilia, Los Lobos le decían, esos eran mentadazos; esos han robado de
diez, de veinte cabezas de ganado. Incluso esos han robado en toda la
provincia: de Pataz[xv],
de Buldibuyo, de Tayabamba, de Chilia y entre ellos ya nos amenazaban: tienen
que matar uno de Cabrillas, se decían entre ellos. Se han agarrado en una
pelea, dicen, en los carnavales del mismo Chilia, se emborrachan, se matan
entre ellos dos. A otro le vaciaron el mondongo, en Huamachuco[xvi].
Entre ellos. El uno había robado una vaca, lo esconde en una cueva, otro lo
descubre y lo roba; entre ellos se robaban. Por eso aquella vez se ponen a
tomar, se descubren y se matan.
-
¿Cómo
debe ser un hombre del campo?
Alguien
tranquilo. Organizado.
-
¿Por qué
le tienen respeto a la Ronda de Cabrillas?
Porque
no apañamos a nadie. Porque hemos hecho devolver sus bienes a los que les han
robado, a los de bienes comerciales, de asalto. Hemos descubierto quiénes son
los matones que matan, los hemos capturado, les damos castigo, les entregamos a
la policía, les han llevado a la fiscalía, los han mandado a Trujillo. De allí
vuelven, a amenazar. Se les vuelve a capturar, se les da su castigo: ahí
declaran cuánto les han pagado a la policía, a los abogados, al fiscal, a
todos. Aquí los jueces son padres y
madres de los delincuentes: entran y salen ahí mismo. Se les hace que
firmen el acta. Les duele los palazos en la espalda en las uñas. De allí ya no
vuelven por su vuelto.
La entrevista había
terminado. Su mujer y su hija que en plena entrevista se acercaron a observar,
le indicaron alguna responsabilidad pospuesta por nuestra visita. Asintió. Le
agradecimos por el tiempo. Se despidió y nos pidió decirle al alcalde que
cumpla con Cabrillas.
[i] La
entrevista fue realizada en marzo de 2012. La crónica que la acompaña fue
esbozada y corregida desde entonces. Las palabras y juicios son propias del
entrevistado, habiendo ensayado algunas correcciones en la forma y estilo de la
narración, para una mejor lectura.
[ii] Parcoy es un distrito que
pertenece a la Provincia de Pataz, Región La Libertad. Es una zona cuya
principal actividad económica es la explotación minera, además del comercio y
los servicios; y, en menor escala, la agricultura y ganadería. Sus principales
localidades son Retamas; La Soledad; Llacuabamba y Parcoy capital. Tiene 20 mil
habitantes.
[iii]
Iba acompañado por mi amigo y
colega, Deny Leiva, parte del equipo de trabajo para elaborar un Diagnóstico
del Distrito de Parcoy.
[v] Chilia es un
distrito vecino al sur-oeste de Parcoy. Tiene una gran producción agropecuaria.
Entre ellas existe un flujo económico de víveres y servicios. Cuenta con una
población de 12043 habitantes.
[vi] Minera Aurífera
Retamas S.A. (MARSA) es una compañía de extracción de oro asentada en la Comunidad
Campesina Llacuabamba, en Parcoy.
[ix] Urpay es un
pequeño distrito de la Provincia de Pataz. Cuenta con una población de 3019
habitantes. Zaire es un caserío del mismo.
[x] Otocuyo es un
pequeño caserío que pertenece a la
Comunidad Señor de los Desamparados, más conocida como Bella Aurora, localidad
que conecta a los distritos de Chilia, Parcoy y Piás.
[xi] Tayabamba es
la Capital de la Provincia de Pataz. Tiene una población aproximada en 13785
habitantes.
[xii] Huancaspata es
un distrito vecino al sur de Tayabamba - Pataz. Su población se estima en 6352
habitantes.
[xiii] Retamas es una
de las principales localidades urbanas de Parcoy. En dicho lugar existe un
flujo económico intensivo debido a la actividad minera formal y artesanal, el
comercio y los servicios. Cuenta con aproximadamente 4000 habitantes. En su
territorio se asienta la Compañía Minera Consorcio Minero Horizonte (CMH).
[xiv] El 08 de mayo de 2012 los mineros artesanales de todo el país estaban
enfrentados al Gobierno por la formalización, en el que ellos exigían continuar
trabajando mientras paralelamente realizaban su proceso de formalización.
[xv] Pataz es un
pequeño distrito de la Provincia de Pataz. Su principal actividad económica se
basa en la explotación minera formal y artesanal. Cuenta con una población
aproximada de 7410 habitantes.
[xvi] Huamachuco es
la capital de la vecina Provincia de Sánchez Carrión. Es un paso obligado para
todos los patacinos que se dirigen a la ciudad de Trujillo.