COLECTIVO DE PERUANOS EN FRANCIA
Punto de vista unitario frente al neoliberalismo:
BAGUA Y LA UNIDAD POPULAR EN 2015
En términos sociales,
culturales e históricos, el Perú ingresó en un nuevo siglo bajo el shock del 5
de junio del 2009. El cataclismo producido por la tragedia de Bagua (35
muertos, un desaparecido, más de cien heridos), fue resultado de la
confrontación entre la actitud servil e irresponsable del gobierno, bajo
cubierto de modernidad y progreso, y los pueblos originarios y mestizos de la Amazonía,
que defendieron, con serenidad y firmeza hasta el sacrificio, el pulmón de
Nuestra América. En nuestro siglo, la importancia creciente que acuerda nuestro
pueblo a las luchas socio-ambientales es producto de la confrontación de Bagua.
Las crisis civilizatoria y
climática caracterizarán los siglos venideros. Como vemos, para enfrentarlas
desde hoy, el Perú profundo tiene una fuente inagotable en la diversidad
plurinacional y multicultural que le caracteriza desde hace milenios. Los
asalariados podremos enfrentarlas si encontramos vías en esta diversidad
tomando a la vez en cuenta el interés de las generaciones venideras y
anteponiéndonos a la cultura consumista y neoliberal impuesta en nosotros por
el capitalismo y la razón colonial irresponsables. Si encontramos estas vías en
el siglo que nos toca vivir, los pueblos y las clases mayoritarias
actualizaremos como heroicos sujetos políticos de derecho pero sin
desesperación, las gestas de 1780, 1824, 1932 y 1977. De este modo actuaremos
también en sintonía con la Madre Tierra y la humanidad toda, dando vida con el
Amauta al socialismo indoamericano y clamando con el poeta: ¡Perú al pie del
orbe; yo me adhiero!
¿Cómo dar cuerpo al legado del
Amauta y al mensaje del poeta? ¿Cómo dar vida al mito y a la poesía? Mediante
la política revolucionaria. Revolucionaria entendida en su sentido
profundamente democrático y de justicia social; entendida como el modo práctico
de ir al encuentro del futuro entroncándose en las vías antes mencionadas.
El mayor escollo para dar vida
al mito y a la poesía se encuentra, como desde hace por lo menos dos siglos, en
el seguir a pie juntillas las recetas venidas de fuera; en creer que la vida se
nos va en lo que se juega en el presente; en considerar al interés de las
potencias ascendentes como estratégicamente compatible con el de nuestros
países. Recientemente, el senderismo, al calcar el maoísmo, se convirtió en el
caso extremo y por ello más nocivo del seguidismo. Desde 1928, el Apra se
mostró impaciente por llegar al poder, a toda costa. Hace dos siglos, el
enfeudamiento estructural a Gran Bretaña fue el error estratégico cometido por
los Libertadores. De estos escollos internos, lastres de la sicología criolla,
es un imperativo liberarnos, paso a paso pero sistemáticamente.
Con la perspectiva esbozada en
las anteriores líneas, ¿cómo considerar la construcción de la unidad del bloque
popular en 2015, que motiva este Punto de Vista?
Si desembobinamos paso a paso
medio siglo de historia de las fuerzas políticas con vocación popular, evitando
toda pasión enceguecedora, podemos ver que, la transformación se buscó
alcanzarla: a) durante el gobierno de Velasco, bajo preceptos
contrainsurgentes y desconfiando de la participación popular; b) desde
estamentos secundarios del Estado (gobiernos municipales de IU y regional del
MAS), sin participación ejecutiva del pueblo y sin planes operativos de
recentraje estructural; c) conformando a último minuto alianzas
electorales (MNI, Gana Perú, Frente Amplio, etc.), sin participación organizada
y consciente del pueblo y los trabajadores como actores políticos para sí;
d) ante el fracaso de las anteriores alianzas, apostando por candidatos
“outsiders” (Fujimori, Toledo, Humala, …), demagogos auspiciados por el poder
mediático.
Las amargas experiencias de
formación de alianzas, para no referirnos a las del enfeudamiento del voto
político popular, muestra cuán difícil será construir la unidad del bloque
popular en 2015. Más aún si al proponerse construirlo sobredimensionamos el
reflejo de los ciclos económicos en la economía de nuestro país, los quince
años de auge progresista en Nuestra América o, si a contrario, desesperamos por
el relativo debilitamiento de dicho auge (el caso chileno sería el más
aconsejado de imitar…). En el Perú, durante este último quinquenio, y conforme
lo promueve cíclicamente el sistema de delegación de poder mediante elecciones,
nuevamente se ha repetido el desencuentro entre el movimiento popular
organizado y en lucha y las estructuras políticas progresistas y de izquierda.
Las Cumbres de los Pueblos de 2009 y 2014 fueron oportunidades perdidas.
Murieron en gestación la armoniosa, realista y transformadora expresión
política que el Perú necesita.
Con la cercanía de campaña
electoral del 2016, aumentan los cálculos diversos para delinear bloques
transitorios en disputa de “clientes”. Las disputas pueden volver a ser
fratricidas y los bloques, una vez más, suicidas. Para evitar ambos riesgos
convendría volver la mirada con honestidad, para constatar el estado político y
el grado de amplitud del movimiento popular.
Desde hace algunos meses, diversos
movimientos sociales y populares hacen su ingreso a la lucha. A Cajamarca se
han sumado el valle del Tambo (Arequipa), pueblos amazónicos de Loreto y Junín
(Pichanaki) y sobre especialmente la juventud que, cosa anunciadora de su
potencialidad, trajo abajo la ley que precarizaba aún más sus condiciones
laborales. La Cumbre de los Pueblos de diciembre del 2014 pudo servir para la
coordinación de estas luchas, convirtiéndola así en eje de referencia de las
fuerzas políticas populares que a mediano plazo anhelan construir un bloque
unitario alternativo a la derecha neoliberal. No fue así. Como desde hace 35
años, cíclicamente, el 2016 empezó sin cimiento.
Así las cosas, el 2015 exige
partir con amplitud de miras y de
convocatoria, sin ilusiones vacuas para el 2016. Por el contrario, algunos
partieron privilegiando intereses particulares, intentando aprovecharse de la
ventaja formal de disponer de inscripción electoral. Craso error de nuestros
hermanos. Un programa de transformación del país obliga a la coherencia,
para contraponerlo nítidamente a los de distintos bandos neoliberales. La coherencia de la amplitud del bloque
unitario excluye lógicamente a los que se subieron al carro sin freno del
neoliberalismo, como aquel que en 2008-2009 se puso al servicio de la
aplicación del Tratado a favor del imperio yanqui, intentando mecer a los
pueblos amazónicos y siendo finalmente partícipe de su represión en Bagua. La
necesidad de una inscripción electoral no es razón suficiente para ir
desubicados, tras el hambre de arribistas sin freno, abandonando y desdibujando
la propuesta que debemos a nuestro pueblo en marcha.
Esperamos que nuestra labor y
este Punto de Vista sirvan, como una gota, al río que dará a luz, sin prisa
pero con coherencia, al bloque popular amplio dotado de fuerza social y
capacidad política transformadora. Que sirvan al río común de desvelos forjador
de alboradas.
París, 15 -16 de abril del 2015.
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