mercredi 6 janvier 2016

Lo revelado y su procesamiento -I



Bajo esta entrada me propongo tratar, en varias ocasiones, sobre el excepcional “sinceramiento” de la política peruana, al cual se ha referido recientemente el periodista César Hildebrandt.
La coyuntura electoral peruana del 2016 está sirviendo, ciertamente de modo singular, como una cámara oscura para “revelar” la tendencia, inclinación o predisposición psicosocial y política de los grupos o personas que participan o buscaron participar en esta contienda electoral. ¿En qué medida estos representan a un sector social determinado?, ¿Qué de nuevo se anuncian y que de viejo persiste con los bloques constituidos? ¿Cómo se inserta el proceso peruano en las tendencias políticas que se están perfilando estos últimos meses en América “Latina”? En esta coyuntura e inmediatamente después, ¿qué posibilidades tiene de encarnarse programática y orgánicamente el socialismo indoamericano en el corazón y las luchas de nuestro pueblo? Tales son algunas de las preguntas que nos estimularán para escudriñar el presente en las siguientes entregas.
En ésta, partiremos de un hecho aparentemente anecdótico para seguir la veta histórica y despejar el horizonte.

I.                    ¿Polémica finita?: La ética de Mariátegui y nuestro tiempo


García Núñez y Breña Pantoja, conocidos representantes de algunas tendencias de la izquierda peruana, han retomado a su cuenta, como si fuese moneda contante y sonante, la fórmula que el Amauta empleara hace casi un siglo: “Polémica Finita”. Lo hicieron para saldar cuentas con Democracia Directa –DD, el partido de los Fonavistas, liderado por el Sr. Alcántara. Al hacer suya la fórmula de Mariátegui retomaron la cáscara, no el espíritu.
 

  


 En efecto, “Polémica finita” apareció en Amauta, en marzo de 1927. Con esta nota, su director marcaba una etapa en la polémica sobre el indigenismo literario. Coherente con la labor de “contrastación constante” que caracterizaba a la revista, Mariátegui invitaba a Luis Alberto Sánchez a no tardarse en los “elementos pasivos, subsidiarios, formales o episódicos” sino a ocuparse de los que son “positivos, creadores, esenciales, afirmativos” y que singularizan a una obra con respecto a otras en sus circunstancias.
Fue más bien otra frase malhadada del Amauta que, en realidad, sirvió a García y Breña de modelo; aquella que pretendió servir como losa sepulcral del Apra. Fue “Sobre un tópico superado”, la nota que se revelará a posteriori como el desliz político más grave de Mariátegui. La publicó en enero de 1930, en la misma revista Amauta. En ella acusaba recibo de una carta desde París de Luis Heysen, -estudiante y fiel seguidor de la propuesta política de Haya de la Torre, el Apra-, recusando a la vez la posibilidad de que la revista continúee a servir de tribuna al Apra, a algo que, Mariátegui dixit, “no pasó nunca de ser un plan, un proyecto, una idea, por cuya organización, que jamás llegó a ser efectiva como "alianza" o "frente único", traba­jaban infructuosamente algunos grupos de estu­diantes peruanos”. El Amauta y sus colaboradores políticos consideraron que bastaban la claridad en los principios y el rechazo del proyecto aprista por los principales intelectuales peruanos de París y por el II Congreso Antiimperialista de Bruselas para que el “tópico” aquel quede sepultado. La existencia y el rol del Apra en la historia del siglo XX y en lo que va del presente demuestran que no son suficientes los principios y lo institucional para que los socialistas resuelvan y hagan inviables proyectos que, en determinadas circunstancias, tienen la posibilidad de hacer carne  en sectores de la sociedad incluso en desmedro de estos mismos sectores.
¿Para qué citar al Amauta casi un siglo después? En primer lugar para constatar que él empleó entonces aquellas dos frases no para cerrar la polémica sino para encausarla. En segundo lugar, para sacar lecciones en función del presente y de nuestro siglo, del desliz del Amauta sobre la prematura sentencia de muerte de proyectos políticos.


Hace 85 años, la gestación indoamericana del socialismo en el Perú sufrió de dicha imprudencia. Terminaron imponiéndose en él actitudes aparentemente principistas que en fin de cuentas estropearon el enraizamiento indoamericano de nuestro socialismo,  condenándolo a aislarse de los sectores populares que estaban dispuestos a radicalizarse pero no a recusar su unidad con sectores sociales medios.

Por lo tanto, la tarea mayor legada por el siglo XX a los herederos del Amauta es la unificación doctrinal y orgánica del socialismo indoamericano en el Perú. La misma no podremos asumirla calentándonos la cabeza con cuestiones de orden puramente electoral encubiertos de pretextos principistas. Tomemos consciencia de lo adversa que es la correlación de fuerzas para los bloques de izquierda partícipes en la presente contienda. De este modo de avanzaremos en el cumplimiento de esta tarea histórica trasformando la actual coyuntura electoral en un momento de politización de nuestro pueblo, convergiendo en sus luchas por exigencias mínimas y organizándonos políticamente por sus alternativas mayores.



Comprendamos al bosque para conocer al árbol. Este es el imperativo de la hora. En este sentido y entre otras cuestiones a abordar, invitamos a analizar el caso de Democracia Directa y de la candidatura presidencial de Gregorio Santos Guerrero, preso injustamente desde hace más de 19 meses. Si somos serios, debemos de considerar la conducta de DD y la candidatura de Santos como una expresión no solo ni tanto de la endémica tendencia caudillista sino también y sobre todo como expresión de la demanda legítima de representación política directa de los pueblos y clases populares que exitosamente encabezan las luchas sociales estas últimas décadas: las rondas campesinas, originarias y comuneras y los fonavistas. Así, comprendiendo el caso en su todo evitaremos las excomuniones o las actitudes impertinentes de antaño; promoveremos entre nosotros el alturado sinceramiento de las divergencias y, por qué no, el renacimiento y la plasmación de convergencias mayores.

Vicente Romero
6.01.2016

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